Viajar en avión se ha vuelto cada vez más complejo, y entre las normas que generan mayor confusión se encuentran las relativas al transporte de líquidos en el equipaje de mano. Aunque han pasado casi veinte años desde la introducción de las primeras restricciones, muchos pasajeros siguen llegando desprevenidos a los controles de seguridad, arriesgándose a pagar costes adicionales que pueden alcanzar los 70 €. Aclaramos una normativa que parece cambiar continuamente y que varía de un aeropuerto a otro.
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Las restricciones sobre los líquidos en el equipaje de mano se introdujeron en 2006, después de que las autoridades británicas frustraran un plan terrorista que preveía el uso de explosivos líquidos en vuelos transatlánticos.
Desde entonces, la Unión Europea y muchos otros países han implementado normas estrictas que limitan la cantidad y las modalidades de transporte de líquidos en cabina.
El objetivo es claro: garantizar la seguridad de pasajeros y tripulación. Sin embargo, la aplicación práctica de estas normas ha creado un laberinto burocrático que a menudo deja a los viajeros confundidos y frustrados.
La regla básica, la que todos deberían conocer pero que muchos olvidan, es sencilla en teoría pero compleja en su aplicación: cada envase de líquido no puede superar los 100 ml de capacidad.
No importa cuánto líquido contenga realmente: si el frasco indica 150 ml, no puede llevarse en cabina, aunque esté medio vacío.
Todos los envases deben colocarse en una bolsa de plástico transparente y con cierre, con capacidad máxima de 1 litro (aproximadamente 20×20 cm). Cada pasajero puede llevar una sola bolsa de este tipo.
La bolsa debe sacarse del equipaje de mano y presentarse por separado durante los controles de seguridad.
Aquí empieza la confusión. Muchos pasajeros piensan que la norma se aplica solo a botellas de agua y champú, pero la definición de "líquido" es mucho más amplia de lo que parece:
Incluso algunos productos que parecen sólidos pueden ser considerados líquidos por las autoridades aeroportuarias si tienen una consistencia cremosa o gelatinosa. Por ejemplo, la mantequilla de cacahuete o el queso untable entran en esta categoría y deben respetar las mismas normas.
Afortunadamente, existen algunas excepciones importantes que permiten transportar cantidades mayores de líquidos:
¿Qué ocurre si os presentáis en los controles con líquidos no conformes? Las consecuencias pueden ser costosas:
Confiscación inmediata: el personal de seguridad retirará todos los líquidos no conformes. Perfumes caros, cosméticos de marca, botellas de agua: todo acaba en la basura, sin posibilidad de recuperación.
Costes por facturar el equipaje: si os dais cuenta del problema antes del control, podéis decidir facturar el equipaje de mano para evitar la confiscación.
La regla general: facturar una maleta en el último momento en el aeropuerto puede costar entre 2 y 4 veces más que hacerlo online en el momento de la reserva. Los costes van aproximadamente de 25-35 euros (compras online anticipadas) hasta 50-70 euros o más (compras en el aeropuerto), según la compañía, la ruta y la temporada.
Penalizaciones por equipaje en la puerta: si el problema se descubre en la puerta de embarque, las penalizaciones son aún mayores. Ryanair, por ejemplo, aplica suplementos adicionales para los equipajes que deben colocarse en bodega en el último minuto.
Retrasos y estrés: tener que reorganizar el equipaje en el último momento puede haceros perder un tiempo precioso, con el riesgo de perder el vuelo si ya vais con retraso.
Así se hace en 3 simples pasos:
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Tan pronto ganemos el caso, recibirás el dinero en tu cuenta bancaria.
La compensación de 250 € por un vuelo retrasado se aplica específicamente a los vuelos de menos de 1500 km.
La compensación de 400 € por un vuelo retrasado se aplica a los vuelos entre 1500 km y 3500 km.
La compensación de 600 € por un vuelo retrasado se aplica a los vuelos de más de 3500 km.
Siguiendo estos consejos, podréis reducir significativamente el riesgo de tener problemas relacionados con el transporte de líquidos en cabina y disfrutar de vuestro viaje sin estrés.
La Unión Europea está trabajando para unificar las normas e implementar definitivamente los nuevos escáneres en todos los aeropuertos principales entre 2025-2026. Esto debería llevar a una eliminación gradual de las restricciones sobre líquidos, haciendo los controles más rápidos y menos estresantes.
Sin embargo, hasta que esta transición no esté completada y estabilizada, los pasajeros deberán seguir navegando en este mar de normas contradictorias, informándose cada vez sobre la normativa específica de su itinerario.
Las normas sobre líquidos en avión representan uno de los aspectos más frustrantes del viaje aéreo moderno. Nacidas de necesidades de seguridad legítimas, se han convertido en un laberinto normativo que cambia de un aeropuerto a otro y de un mes al siguiente. La clave para evitar costes extra y estrés es la información: consultad siempre las normas específicas antes de salir, preparaos con antelación y, cuando sea posible, optad por soluciones alternativas como productos sólidos o equipaje facturado.
Recordad: la penalización por facturar una maleta en el último momento podría equivaler al coste de un fin de semana extra o de una experiencia inolvidable en vuestro destino. Vale la pena dedicar unos minutos más a preparar vuestro equipaje de mano.
No, no está permitido. La regla de los 100 ml se refiere a la capacidad del envase, no a la cantidad de líquido que contiene. Aunque la botella de 500 ml esté casi vacía, será igualmente confiscada en los controles de seguridad.
Solución: lleva una botella vacía y rellénala después del control, o compra agua en la zona de embarque.
Sí, el rímel es considerado líquido y debe respetar la regla de los 100 ml dentro de la bolsa transparente. El pintalabios en barra sólido en cambio, no se considera líquido y puede llevarse libremente.
Atención a los brillos de labios y a los pintalabios líquidos: estos sí están sujetos a las restricciones. En general, todo lo que tenga consistencia cremosa, gelatinosa o líquida debe ir en la bolsa.
Los costes varían significativamente entre compañías:
Con Ryanair, por ejemplo, el equipaje comprado en el aeropuerto cuesta mucho más que online, y si se lleva hasta la puerta se aplica un suplemento adicional.
La regla de oro: compra siempre la maleta facturada online si sabes que la vas a necesitar.
No, los medicamentos necesarios para el viaje están exentos de la regla de los 100 ml y no tienen que ir en la bolsa transparente. Sin embargo, se recomienda encarecidamente:
Lo mismo se aplica a los alimentos para bebés (leche, papillas), que están completamente exentos de las restricciones.
No siempre. Si compras líquidos en el duty-free y tienes un vuelo directo, no hay problema. Pero si tienes una coincidencia con nuevo control de seguridad, los líquidos pueden ser confiscados, a menos que:
Atención especial en vuelos con escala fuera de la UE (Estados Unidos, Reino Unido post-Brexit): las normas pueden ser más restrictivas. En caso de duda, evita las compras duty-free si tienes conexiones.
No hay ningún problema: siempre puedes optar por respetar la regla tradicional de los 100 ml incluso en aeropuertos con escáneres avanzados. Es más, teniendo en cuenta que la UE suspendió la excepción en septiembre de 2024, se recomienda respetar siempre la regla de los 100 ml, independientemente del aeropuerto, para evitar confusiones.
Las normas pueden cambiar rápidamente y variar incluso entre terminales del mismo aeropuerto. La estrategia más segura: preparar siempre la bolsa transparente con líquidos de máximo 100 ml, así estás cubierto en cualquier situación.
Pochi viaggiatori aerei sono a conoscenza dei propri diritti, e molti non possiedono le competenze legali necessarie per richiedere un risarcimento in caso di ritardo dei voli. Anche quando sono informati, il processo per ottenere il risarcimento dalle compagnie aeree può risultare complesso.